SOBRE DESASTRES NATURALES Y ORDENACIÓN DEL TERRITORIO
Siempre me ha gustado la frase «Think Globally, Act Locally» atribuida al biólogo y sociólogo escocés Sir Patrick Geddes (1854-1932), pionero de la planificación urbanística y territorial.
Partiendo de lo global, Naciones Unidas ha informado recientemente que 2011 ha sido el año más costoso de la historia debido a pérdidas catastróficas. Concretamente han calculado que las pérdidas económicas derivadas de desastres naturales (terremotos, huracanes, deslizamientos, inundaciones, etc.) ascienden a 366 billones de dólares.
El informe añade un término aún más serio, y es que cerca de 206 millones de personas fueron afectados por uno o alguno de los 300 desastres naturales que se acumularon a lo largo del año pasado. El balance de víctimas mortales se sitúa en torno a los 30.000, que se dice pronto (de los cuales 20.000 se produjeron en el terremoto y posterior tsunami de Japón). Sin embargo, la ONU cita que la cantidad de desastres naturales en 2011 fue menor que la media anual de los últimos 10 años (en contrapunto, ya somos 7.000 millones en el planeta). También detalla que la cantidad total de muertes descendió en 2011 con respecto a 2010, lo que se explica por los severos terremotos de Haití (que produjeron cerca de 250.000 de víctimas).
Haití y Japón son un claro ejemplo del impacto que produce un desastre natural en dos países netamente diferentes en cuanto a desarrollo y economía: en Japón se valoran los daños materiales en torno a 210 billones de dólares (lo que lo convierte en el desastre natural más caro de la historia de la humanidad), y en Haití «tan sólo» en torno a 8,5.
Para la ONU los desastres que mayor impacto producen en la población son las tormentas y las inundaciones, por el aumento posterior de enfermedades infecciosas y la malnutrición derivada de las pérdidas agroalimentarias.
Aterrizando en lo local, según un informe del Instituto Geológico y Minero de España, el impacto económico de las catástrofes naturales en España para el periodo 1986-2016, con una hipótesis de riesgo medio, podría alcanzar la cifra de 95.000 millones de euros. Recientemente el Presidente del Ilustre Colegio Oficial de Geólogos de España, Luis Suárez, ha propuesto en el transcurso de las Jornadas Red de Gobiernos Locales + Biodiversidad que las leyes del suelo autonómicas incluyan la exigencia de la vigente Ley del Suelo estatal de obligatoriedad de elaborar mapas de riesgos naturales en los nuevos planes generales de ordenación urbana (PGOU) para evitar catástrofes naturales que puedan provocar daños materiales y humanos en el futuro.
El presidente del ICOG se lamentó de que, a pesar de ser un requisito reconocido en la legislación estatal y de disponer de instrumentos como la Guía metodológica para la elaboración de cartografías de riesgos naturales en España, elaborada por el propio ICOG en colaboración con el Ministerio de Vivienda, los mapas de riesgos naturales todavía no formen parte de las diferentes legislaciones autonómicas y, por lo tanto, no sean tenidos en cuenta a la hora de diseñar planes generales de ordenación urbana.
En este sentido, Luis Suárez explicó que España no es un país exento del riesgo de padecer catástrofes naturales. Si bien los terremotos y las erupciones volcánicas son fenómenos poco habituales, el presidente del Colegio de Geólogos recordó que las inundaciones ocasionan cuantiosas pérdidas en todo el territorio español cada año, “en muchos casos, por establecer construcciones en lugares donde no deberían ser urbanizados”. En este sentido, precisó que no se puede evitar un terremoto o una inundación, “pero sí que afecte a las personas y que produzca grandes daños materiales”. Para ello, son esenciales los mapas de riesgos naturales para la zonificación del territorio, determinando los riesgos más probables en cada zona y las medidas a tener en cuenta, tanto preventivas como correctivas.
Luis Suárez también destacó la importancia de llevar a cabo campañas de formación y educación al ciudadano para concienciarlo de los posibles riesgos naturales a los que está expuesto y cómo actuar frente a ellos. “No debemos caer en el alarmismo, pero tampoco podemos permitir que los ciudadanos no sepan cómo actuar en caso de un terremoto o una inundación”, afirmó el presidente del ICOG. A este respecto, destacó el papel que pueden jugar los Geólogos como expertos en riesgos naturales en la elaboración de guías de información dirigidas a los ciudadanos.
David Guerrero. Geólogo Col. ICOG 3.811